viernes, 25 de septiembre de 2009


martes, 15 de septiembre de 2009


Tantas veces tuvimos que estar separados
y sentir que a pesar de la distancia
sentimos lo mismo en cualquier momento

domingo, 13 de septiembre de 2009


Hoy me acordé de las tardes de verano juntos
Si, ya lo sé que
tengo que seguir mi vida
Pero esto es solo una canción
Solo una canción de despedida

jueves, 10 de septiembre de 2009







miércoles, 9 de septiembre de 2009

Si no podemos encantarlos con la vida estamos fracasando, la vida no perdió su encanto, fuimos nosotros quienes perdimos el encanto por la vida.
El desencanto es la mejor arma de los mas corruptos, de los villanos de la historia, el desencanto nos aisla, nos encierra, nos separa, nos vacía de sueños.
Una generación desencantada no se siente útil, siente que al mundo, a la historia le da lo mismo que ella exista o no, una generación desencantada se siente sola.
Una generación desencantada pide a gritos un milagro, algo que le devuelva la fe en la magia, para volver a encantarse, para volver a creer en la magia esa generación debe saber que no esta sola, debe saber que es necesaria, importante y decisiva para otras generaciones pasadas y futuras, debe saber que lo que encanta de la vida no es el mundo que se recibió si no el que podemos dejar.
Para encantarse con la vida una generación necesita rebelarse, el desencanto se contagia fácil pero el encanto es un trabajo de hormigas.
El encanto nos necesita a todos haciendo lo que amamos y amando lo que hacemos, porque es mentira que las cosas son como son, las cosas son como dejamos que sean.
El mundo cambia cuando nosotros cambiamos, y para eso hay que creer que el cambio es posible, es una acto de fe, un acto de valentía, un acto de
compromiso, un acto de amor.
Te pueden decir que no se puede, te pueden decir que no, una y otra ves no que esto es lo que hay y que mas allá de esto no hay nada, solo un triste desencanto y que vos no podes hacer nada, que hagas lo que hagas no va a cambiar nada, es mentira es falso, mas allá del desencanto esta tu vida, tus sueños, y si vos no los haces realidad alguien los vive por vos, alguien se adueña de tus sueños, de tu vida.

Pasamos toda nuestra vida preocupándonos por el futuro, planificando para el futuro, intentando predecir el futuro, como si calculándolo de alguna manera amortiguáramos el golpe. Pero el futuro está siempre cambiando. El futuro es el hogar de nuestros miedos más profundos y todas nuestras esperanzas.Pero una cosa es cierta, cuando por fin se revela...el futuro nunca es el camino que imaginamos..


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martes, 8 de septiembre de 2009



Señores y señoras usen protector solar. Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.
Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:
Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado. Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como imaginas. No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.
Todos los días haz algo a lo que temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde. La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo). Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían veintidós años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los cuarenta.
Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te hacen cuando te fallen. Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los cuarenta, quizá no. Quizá bailes el vals en tu setenta y cinco aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.
Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas. No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.
Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro. Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás. Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas. Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.
Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás. Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores. Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas cuarenta años parecerá el de alguien de ochenta y cinco.
Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene. Pero hazme caso en lo del protector solar.